Aunque a menudo utilicemos la palabra dieta como una forma de referirnos a la restricción calórica para la pérdida de peso, el término se refiere como el conjunto de alimentos y bebidas que que una persona consume en un lapso de 24 horas. Como se darán cuenta, el concepto dieta va más allá de la búsqueda de perder peso, pues abarca patrones alimenticios de forma general.
Las dietas milagro son aquellas que prometen resultados rápidos y definitivos, además exageran o satanizan las propiedades de algunos alimentos, nutrimentos o patrones de consumo sin evidencia científica que lo respalde. Muchas personas pueden sentirse atraídas por comenzar cualquiera de los distintos regímenes dietéticos que ofrecen una rápida reducción de peso. La realidad es que estas dietas no solo inducen a una restricción calórica severa, si no a grandes carencias en algunos nutrimentos que comprometen la salud, por esa razón estas estrategias no son recomendables ni funcionales. Una dieta que no añade hábitos sanos a tu vida, que es insostenible, que favorece el rebote, y que tiene consecuencias a la salud, no debe ser considerada como una buena estrategia.
Las investigaciones sugieren que la manera más segura de perder peso y no volver a aumentarlo, es siguiendo una dieta saludable con menos calorías de las que antes se consumían y haciendo ejercicio todos los días. La meta es perder de 0.25 a 1.0 kilogramo por semana. Elegir alimentos saludables, comer porciones pequeñas, incorporar el ejercicio diariamente, dormir 8 hrs al día; en conjunto, estos hábitos son una manera saludable de perder peso y no aumentarlo de nuevo, además de disminuir las probabilidad de desarrollar enfermedades del corazón y diabetes tipo 2.
El tratamiento para la pérdida de peso debe verse como un proceso a largo plazo, en el que no solo está implicado la pérdida de peso, sino también la adquisición de hábitos de vida saludables.