La obesidad es una enfermedad crónica multifactorial caracterizada por una acumulación excesiva del tejido adiposo.
El tejido adiposo es considerado en la actualidad un órgano con función endocrina, que regula la producción de diversas hormonas. A diferencia de las glándulas endocrinas, su masa es variable y puede aumentar o disminuir progresivamente de tamaño dependiendo de la edad, ingesta alimentaria, actividad física, etc.
En la actualidad, también se conoce con certeza que las mujeres con sobrepeso, y más significativamente aquellas que presentan obesidad, tienen mayor incidencia de problemas menstruales y anovulación. Se relaciona con trastornos menstruales de todo tipo, aumento de los niveles de andrógenos, y Síndrome del Ovario Poliquístico “SOP”.
El SOP es un trastorno endocrino-metabólico de etiología aún desconocida, aunque tiene un fundamento genético; existen dos corrientes de pensamiento:
- La primera afirma que las mujeres con SOP son susceptibles al sobrepeso y la obesidad.
- La segunda que sostiene que las mujeres que presentan obesidad tienen predisponibilidad a padecer SOP.
A pesar del aún incierto origen, este síndrome clínico es de especial interés por su estrecha relación con la obesidad, se estima que entorno al 50% de las mujeres con SOP presentan obesidad.
Los cambios en el estilo de vida, con el inicio de dieta y ejercicio, tienen mejores resultados que el mismo tratamiento farmacológico. Se considera como el primer paso para las mujeres con sobrepeso y obesidad, e inclusive se ha evidenciado que existen beneficios aún y cuando las mujeres continúan teniendo sobrepeso. Por lo tanto, se considera como el manejo de primera línea. Cuando se combina la restricción de calorías, una dieta bajas en hidratos de carbono más el ejercicio y se favorece a la pérdida de peso, se podrían restaurar los ciclos menstruales de anovulatorios a ovulatorios, y así conseguir un menor riesgo metabólico a largo plazo.